While the Apocalypse – Blog
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Narciso era joven, guapo y griego. Casi todos los hombres y mujeres que lo conocían se enamoraban de él, pero Narciso, que era demasiado vanidoso, los rechazaba a todos. Una de sus víctimas fue Eco, una ninfa que acabó consumida por el dolor en las intimidades del bosque. Por este motivo, la diosa de la venganza, Némesis, quiso que Narciso conociera también el sufrimiento por desamor. Entonces, le lanzó una maldición que se cumplió el día que él fue a tomar agua al río. Al agacharse, vio su propia cara reflejada en el agua, e inmediatamente, se enamoró de esa imagen. Sin embargo, no podía tocarla, ni abrazarla, ni siquiera verla del todo bien, y aun así Narciso no podía alejarse, pues si lo hacía, la imagen de su rostro desaparecía. El joven griego murió de inanición tras varios días admirándose a sí mismo.
Con esta historia llegó a nuestro vocabulario el término narcisista, adjetivo que describe a una persona que cuida en exceso su aspecto (o que tiene un alto concepto de sí misma) y que se utiliza en las sobremesas para despotricar de quienes no están cerca. Ahora bien, no todos los que tienen una personalidad narcisista muestran los mismos comportamientos: múltiples estudios sugieren que el narcisismo como tal no es un concepto unitario, sino que existen varios tipos, y los dos principales son el narcisismo grandioso y el narcicismo vulnerable.
La entrada Las dos caras del narcisismo se publicó primero en Ethic.
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